Más apuntes de la tertulia con Mons. Luis Sánchez-Moreno Lira, Arzobispo emérito de Arequipa

(Estos apuntes son de David C.)

Siguiendo con las actividaes programadas por el centro cultural, esta vez tuvimos la agradable visita del Arzobispo emérito de Arequipa, Mons. Luis Sánchez-Moreno Lira, que mostró la humildad, sencillez y camaradería que acompañan su semblante paternal.Tuvimos una breve introducción con el director del centro, quien recalcó el compromiso de Monseñor con la ciudad, además de su profundo amor y veneración a Nuestra Madre Santísima, a quien debemos su presencia entre nosotros, ya que estando cerca su festividad no ha dudado en venir a visitarla en su santuario.La temática fue variada y muy coloquial, destacando los temas de Identidad, esbozados con recuerdos de Arequipa de antaño, como aquellas anécdotas de sabrosas tertulias en casa con diferentes personas que más tarde marcarían hitos en la historia del Perú y del mundo. Tal es el caso del ex presidente de la república don José Luis Bustamante y Rivero, amigo de la familia, de quien tuvimos una reseña, dejando mostrar su admiración a aquel arequipeño que fuera presidente de la Corte Internacional dela Haya.También pudimos conocer a través de sus palabras a don Víctor Andrés Belaunde, otro ilustre arequipeño, buen católico, fervoroso asistente a la celebración de la Santa Misa en la Iglesia del Pilar de la ciudad de Lima, que como dato curioso, comentó, solía asistir a ella muy de mañana en pijamas y con un gabán negro para disimularlas.Desagravió al ex presidente don Nicolás de Piérola, acusado por la historia de una serie de yerros, pero sus buenas intenciones de comienzos de su mandato son olvidadas, monseñor nos las recordó.Ya conocida su forma de ser y su trascendencia, no era extraño oírle frecuentar a diversas personalidades de su época de mocedad; dentro de su larga lista de amigos figuran políticos, escritores, filósofos y artistas, que buena falta hacen en estos tiempos como en aquellos en los que “bullían” en toda la ciudad, estos personajes de nombres un poco desconocidos para nosotros, a través de sus palabras recobraban la vida y nos hacían cuestionarnos, ¿qué más podríamos hacer para recobrar esas ideas? Dentro de estas relaciones de amistad cabe resaltar la admiración reciproca entre Monseñor y el actual presidente regional doctor Juan Manuel Guillén .Pero luego de esta ilustrativa clase de historia dejó saber su deseo que Arequipa y su juventud se “sacudieran ” de esto que el medio y el país están dejando adormecerlos para recuperar el apelativo de LEÓN DEL SUR; no dormido, como se dijo después de la Guerra con Chile, fama que está empecinado en deshacer, así dejó zanjado el tema: “Arequipa no es cobarde”.Narró también cómo en sus conversaciones de universitario, esperando al profesor, todos los alumnos, católicos y de diferente pensamiento, intercambiaban en las aulas agustinas ideas de cambio y mejora.Después contó de su viaje a España como abogado recién egresado -en busca de un doctorado-, su viaje en bus de Arequipa a Tacna, en avión de allí a Chile y, por último, el tren que lo llevaría hasta Argentina, donde un barco lo esperaba para llevarlo a la Madre Patria. De cómo conoció la Obra también trató su discurso, aún admirado de cómo la providencia se aseguró de tenerlo como pastor y testigo de Ella, desde su viaje hasta la curiosa circunstancia de su ordenación como sacerdote.Mas datos curiosos se asomaron al resto de la conversación pero el tiempo no fue generoso y paso rápidamente dejándonos las ganas de algo mas, como una pregunta de sus experiencias con San Josemaria pero ya será para después.Ya para despedirse estrecho nuestras manos preguntando el nombre y profesión que cada uno escogió, destacando la pluralidad y variedad de cada una de ellas, con la idea que deben servir de instrumento para seguir haciendo mas por el país y en especial por la ciudad que tanto amamos a la que debemos, cada uno desde nuestra forma de percibirla mejorar constantemente y recobrar todo aquello que en una época tuvo, gente ilustre con ganas de hacerla mejor, con ganas de verla crecer y ser mas bella cada día.

APUNTES DE LA TERTULIA CON MONS. LUIS SÁNCHEZ-MORENO LIRA, ARZOBISPO EMÉRITO DE LA CIUDAD DE AREQUIPA

(Apuntes de Paul G.)

Anoche tuvimos la presencia de Mons. Luis Sánchez-Moreno Lira, Arzobispo emérito de Arequipa, que compartió con nosotros una tertulia donde nos contó lo que deberíamos hacer para elevar el nivel moral, social de Arequipa. Al comenzar mencionó que los actuales problemas que afectan a nuestra ciudad se encuentran enmarcados en el decaimiento de la sociedad en todo el mundo y que no es sólo un problema local. Se refirió a la anterior tertulia que tuvimos con el doctor Juan Manuel Guillen Benavides y nos transmitió la gran admiración y amistad que tiene con doctor Guillén y su compromiso y cariño por la ciudad. La figura de José Luis Bustamante y Rivero salió a relucir como un hombre de principios, ejemplo para la juventud arequipeña. Nos hizo recordar como el el doctor Bustamante logró ser conocido en el ámbito nacional, producto de rechazar una oferta poco ética por parte del presidente de ese entonces, Manuel Prado Ugarteche. También comentó sobre la actitud reciamente cristiana de José Luis Bustamante y Rivero al enfrentar el maltrato al que fue sometido cuando el General Odría lo derrocó y lo mandó al exilio. Nunca se quejó de esa triste situación. Cuando Monseñor estuvo en Argentina vio en una plaza de Argentina la placa de Álvarez Thomas, arequipeño que luchó por la independencia de ese país. Álvarez Thomas es también un punto de referencia para nuestra patria chica.Nuestro invitado mencionó que en el pasado los héroes eran personas que se sacrificaban hasta la muerte por cumplir su palabra, pero actualmente han sido reemplazados por personajes de la farándula que tienen una vida agitada y esto lleva a que la juventud no tenga ideales. Otro factor que está llevando a la perdida de valores en la sociedad es la falta de estudios de cursos de humanidades como la filosofía, la historia y la literatura en las universidades de nuestro país. Una persona que sólo tiene una formación técnica, que no va acompañada de la debida complementariedad de estudio humanísticos, no ve en el prójimo a otro ser humano sino sólo un producto o alguien que me va hacer ganar más dinero. Fue muy grato escuchar cómo conoció el Opus Dei y cómo de hechos aparente circunstanciales el Señor se sirvió para acercarlo a su servicio. Mons. Luis Sánchez-Moreno Lira conoció
la Obra en Madrid, ciudad a la que llegó hace 57 años, el 2 de octubre de 1950.


APUNTES DE LA TERTULIA CON EL DR. JUAN MANUEL GUILLEN BENAVIDES

La tertulia del sábado 14 no pudo haber sido mejor. Fue muy enriquecedor para todos escuchar las ideas del presidente regional y sus respuestas sinceras a las preguntas que le hicimos. En este artículo resalto algunos de los puntos que me llamaron la atención. Nada de lo que escribo es textual y podría estar combinando las ideas del doctor Guillén con las mías propias.

Tan pronto entró, el presidente regional se acercó a cada uno de los asistentes para saludarlo personalmente. Luego de las presentaciones de rigor, el doctor Guillén desarrolló sus ideas acerca de los principales peligros de Arequipa. En primer lugar, habló sobre la inmigración desde otros departamentos del sur andino. Los servicios básicos no han crecido lo suficiente para abastecer adecuadamente a estos nuevos grupos poblacionales. Aunque estos nuevos arequipeños le han cambiado el rostro a la ciudad, con costumbres y apellidos distintos, no han sido aceptados del todo por los arequipeños tradicionales y más bien sufren discriminación. Junto con este ingreso de personas nuevas, se tiene un retroceso de los arequipeños tradicionales: hay una verdadera fuga de cerebros hacia Lima y fuera del país. Sin tener hombres que los dirijan, los arequipeños se encuentran a la deriva, angustiados por el caos de la convivencia social. En efecto, las relaciones sociales entre todos los arequipeños se han deteriorado. Basta observar cómo las personas se comportan al caminar por la calle en el centro de la ciudad: hay una agresividad y una falta de consideración por los demás que es patente. Esta actitud está presente también en las distintas relaciones sociales y familiares, en la corrupción, en la violencia y en la indiferencia. Es lo que se suele llamar una pérdida de valores. Se ha generalizado una actitud de crítica y de decir que todo está mal. Y, en cambio, a las personas les cuesta reconocer y premiar el esfuerzo de quien hace las cosas bien.A veces se acusa a los jóvenes de no tener valores. En realidad, la pérdida de valores está en los mayores. Los jóvenes rechazan el desorden que ven a su alrededor y si caen en él es más por imitación que por convencimiento. Tal vez el problema de Arequipa se puede resumir en la pérdida de identidad. Los arequipeños jóvenes tienen poco conocimiento de los grandes arequipeños del pasado, hombres de talla nacional e internacional. El ejemplo que tienen ante sí es el de una generación más bien mediocre, que se ha acomodado a formas de pensar y de vivir poco coherentes. Es demasiado frecuente que las personas se acostumbren a vivir el cristianismo, el decálogo, sólo por unos momentos del día, pero no son principios que orienten toda la vida y el quehacer cotidiano. Y sin embargo, el cristianismo ha demostrado que tiene el poder para cohesionar una sociedad, llenar la vida de ideales y unir a las personas. Fue así como logró unidad Europa luego de la caída del imperio romano. Aun ahora, es el cristianismo,
la Iglesia, el catolicismo, lo que da una relativa cohesión a Arequipa y la preserva de la entera disgregación social. Y son los ideales cristianos, encarnados en hombres que estén dispuestos a sacrificarse por sus principios y sus ideales, los que tienen el poder para que Arequipa recupere su identidad.
Arequipa tiene fortalezas en el temple de las personas que se sacrifican para sacar adelante lo que se proponen, como el agricultor que se esfuerza por hacer rendir al máximo su parcela. También tiene fortalezas en el rechazo que la juventud manifiesta hacia las conductas hipócritas. Ahí están las esperanzas de Arequipa. También en los inmigrantes se puede hablar de esperanza, porque muchos están ya en una tercera generación y son los más interesados en integrarse al resto de la sociedad. Lo importante para que las cosas caminen, para darle la vuelta a la sociedad, para que Arequipa recupere su identidad, es que existan esas personas con convicciones firmes, que estén dispuestos a jugarse la vida sin desánimos. Y ese amor significa buscar el bien de la persona que se ama, sin estar pendientes del propio interés.A lo largo de la tertulia hubo varias intervenciones. Se habló de la importancia de establecer vínculos entre las personas deseosas de rescatar la identidad de Arequipa, que muchas veces luchan aisladas. Asimismo, se mencionó que muchos jóvenes desperdician sus energías en distintos afanes y que estas energías podrían encauzarse hacia ideales nobles. Se dijo que sería de gran utilidad la formación de grupos que busquen integrar a distintas personas, promocionando el estudio y la difusión de la historia de Arequipa y de sus hijos ilustres. Pensando en la necesidad de recuperar la identidad de Arequipa, se propuso como algo práctico poner carteles en distintos lugares de la ciudad para familiarizar a todos con los arequipeños ilustres del pasado, con sus palabras y con las cosas que hicieron. También se mencionó que se podría involucrar a los medios de comunicación social y a los colegios en iniciativas de ese tipo. Se dijo además que habría que involucrar a las demás provincias de Arequipa en una iniciativa que busque reforzar la unidad regional. En general, se destacó la conveniencia de que exista alguna asociación o asociaciones que se dediquen a la promoción de la identidad arequipeña.

La tertulia con el presidente regional nos dejó con muchas ideas para reflexionar y con grandes deseos de hacer “algo” para el bien de la ciudad y de la región de Arequipa. Esperamos que esta buena voluntad de todos pueda concretarse y empezar a dar frutos en el futuro cercano.